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El tranvía vuelve al mercado central de Alicante, en el corazón del centro urbano, cuarenta años después. Vuelve al mismo lugar pero, ahora, a veintitrés metros de profundidad para poder evitar, allí abajo, los grandes colectores de saneamiento y los aparcamientos subterráneos existentes.

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Nuestra intervención consiste en la modificación completa del interior de un proyecto previo, ya en construcción, del que tan sólo conserva su muro perimetral en forma de botella.

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Se proyecta entendiendo el gran y profundo interior como una riqueza. Explorando sus posibilidades y extremando su definición. Una superficie envolvente cubre suelo, techo y paredes en un todo negro y continuo. Los tres momentos del programa –vestíbulo, auditorio y andenes– adquieren por sus distintos falsos techos un ambiente particular y diferenciado.

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Todos los elementos de uso y expuestos al roce se diseñan en metal inoxidable de fuerte espesor, atentos a un tacto grato pero de gran resistencia y durabilidad.