​

El Monastrell es un pequeño espacio proyectado para crear un ambiente definido y grato apropiado al uso a que se destina. La solución limpia de espacios, encuentros y acabados garantiza una arquitectura sin protagonismo que deje lugar a la vida para desarrollarse. Los materiales propuestos –madera, piedra natural y aluminio– combinados adecuadamente, contribuyen a ello.

​

Como si de un cofre se tratara, una fuerte y continua plancha metálica protege de la calle ruidosa. Tras ella, la claridad del espacio y su bondad material preservan un ambiente especialmente atento a dejar estar. Nada en él reclama la atención de quien lo habita.

​

La visión diagonal propiciada por el acristalamiento sobre la puerta de acceso permite un conocimiento mutuo entre interior y exterior. Una contaminación suficiente que permita intuir a ambos la presencia del otro.