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El edificio se sitúa en un solar con vistas lejanas al mar y un gran desnivel interior. Esta circunstancia, así como la posibilidad de doble acceso a la parcela, permite ubicar las grandes naves taller abajo y, sobre ellas, dos plantas de menor superficie que forman una edificación que presenta un volumen propio y se presenta a la calle como un pequeño edificio, de escala más próxima, que alberga la sede institucional.

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Allí arriba, rodeada de una amplia zona ajardinada, con espacio de esparcimiento sobre la cubierta de las aulas-taller y presidida en su planta baja por un profundo porche y un generoso vestíbulo, la nueva delegación de FEMPA, terminada en su integridad en acabados metálicos, se constituye en una edificación capaz de dar testimonio de las cualidades del metal como material idóneo para la definición de una arquitectura exacta y grata.