La Escuela de Idiomas se instala en un solar con una sola fachada (norte) propicia y abierta hacia un huerto de palmeras de nueva creación. Hacia allí irán orientándose todas las dependencias en busca de luz, vistas y tranquilidad. Cuando ello no es posible, se mantiene la misma rutina y se gestionan las condiciones de luz a través de la disposición de patios individualizados. La sección garantiza privacidad en las partes a la vez que intensas relaciones visuales en el interior.

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El programa de sus dos plantas, más pública la baja, más privada la alta, transmite esta diferencia a su formalización final así como a su muy diferente caracterización material.